Dirán que soy un melancólico de primera mano, pero noches como estas ponen a flor de piel mis más tristes pensamientos…
Por tristes pensamientos no hago alusión a la tristeza que pueda llegar a sentir, sino que la tristeza que todo ser humano siente cuando su mente divaga en el absurdo y sus imaginarios no permiten cruzar barreras…
Como nuestros recuerdos en ocasiones se convierten en el mayor aliciente, para sonreír y siempre tener presente a personas que han marcado nuestra vida, cuando en ocasiones, estas mismas personas son las que nos han hecho daño…
Por qué nuestra memoria hasta cierto punto nos traiciona y nos lleva al éxtasis de satisfacción, con algo que nos hizo sentir mal… Qué raro, es sentir esa nube de morfina que nos conlleva asentir que todo está bien, que esta tan anhelada persona que vive en nuestro recuerdo, es lo que nos hará felices, así esta persona esté lejos, e inclusive no esté en ningún aspecto de nuestras vidas…
Que absurdo puede ser, que nuestra paz, sea un recuerdo, no nuestro presente, ni la búsqueda de futuro…
Puedo decir, que el ser humano, es un imaginario de ideas absurdas, cuya utopía de mundo prefecto, vive en la mente, junto a los recuerdos de los seres humanos ideales…
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